La situación ahora mismo es desesperante. La situación global y quizá mi situación particular.
Es levantarse por la mañana —viniendo del mundo de los sueños— y un aluvión de amenazas me cae encima. No las voy a enumerar porque no quiero ir en esa dirección.
Abro la TV por inercia y en todos los canales está la amenaza.
Que si el virus, que si la situación económica, que si los rusos envenenados, que si esto, que si aquello…
El desespero está aquí, bien presente, rugiendo con toda su fuerza.
Entonces yo desayuno, hago mis quehaceres matutinos, hago lo que tengo que hacer. Y entro irremediablemente en el desespero. Entro en el mundo gris que mi Identidad Humana habita.
Todo está cayendo, todo se está derrumbando.
Esto es como un terremoto.
Imagínate que estás dentro de un edificio y empieza a ocurrir un terremoto. ¿Qué harías? Salir pitando, ¿no?
No vaya a ser que te caiga el edificio encima y te aplaste.
Pues esto es lo mismo…
Míralo así.
Este mundo del desespero en el que habito es un edificio tambaleante y amenazante.
Y tengo que salir.
Y eso es lo que hago.
O sea, me levanto por la mañana —viniendo del mundo de los sueños— y cuando un aluvión de amenazas que no voy a enumerar me caen encima…
Paro y salgo.
Respiro y muevo mi Realidad.
Siento el aire entrar en mi Cuerpo de Conciencia (aquello en mí de lo que soy consciente) y me transformo.
¡El desespero me habla!
El desespero no es el desespero. No es solo eso. Si me paro y lo escucho, me habla.
Y me dice: «sal, sal, déjame atrás. Re-invéntate, transfórmate, abandona la Realidad donde yo habito. Ya no es para ti. No te quedes atrapado en mí. Te asusto mucho porque quiero que te alejes. Vete de aquí. Yo soy una parte de ti que has creado para forzar tu transformación. No voy a hundir el edificio encima tuyo, pero si no sales voy a darte tanto por el culo que me vas a odiar todavía más».
¿Alguien está en esta posición de darse cuenta?
Yo sí.
¿Tú?
El Caos ha venido a hundir un mundo que ya no queríamos.
Pero nos habíamos olvidado de que no lo queríamos.
Y seguíamos viviendo en él en piloto automático. En el olvido total.
No hubiéramos salido sin el «amigo desespero» (sin el virus, en este caso).
Tú eliges.
A mí esta mañana el desespero me habló.
Me pegó un rodillazo en el vientre, un par de collejas con mala leche y me hizo mirar hacia otro lado.
Y entonces lo vi.
La vi.
De nuevo.
¿El qué?
La Nueva Realidad que estoy Creando.
El Potencial que puede llegar a ser.
El desespero me habló y me dió Claridad. Una gran Claridad. Y me dijo que escribiera esto.
Que te diera un par de bofetones en la cara.
Que te diera unos rodillazos en tus partes nobles con estas palabras…
De broma.
O no.
Para mover la Energía.
«¿Espabilamos?», dice el Sr. Desespero.
Mientras estás en el suelo temblando y llorando, yo estoy de pie respirando la Frescura de estar fuera del edificio.
Cuando lo sientas, hazme un favor. Levántate y sal a respirar la Nueva Vida conmigo.
Cuando lo sientas, eh. No pressure.
Deja que aquell@s que todavía necesitan del desespero se apeguen a él.
Ya les hablará a ellos cuando sea su momento. Cuando estén preparad@s.
Pero nosotr@s, tú y yo, ya estamos fuera y creando lo nuevo, si tú quieres.
Tu Elección.
Mi Elección.
Su Elección. La de ellos.
La Elección es quedarse en lo viejo o abrirse a lo nuevo.
¿Que no hay Elección?
Bueno…
Yo creo que quién dijo que no hay Elección tenía parte de razón. Solo parte.
No hay Elección en lo viejo, pero sí hay Elección en lo nuevo.
Si te abres a ello y te colocas en el lugar adecuado, claro.
Digo.
P.D. Joder, me da enorme palo escribir cosas como esta —parece que le diga a la gente lo que tiene que hacer—, pero hay otra parte de mí que dice: «dale, dalee…, vamos, vamooos, que alguien tiene que decir esto y alguien tiene que escucharlo».
:)))
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Ayer conocí a alguien mientras caminaba en la naturaleza esta persona fue muy amigable y vimos la posibilidad de hacer alguna actividad juntos como andar en bicicleta, pero en un momento esta persona me preguntó si estaba vacunada así que le dije que no tenía la intención de hacerlo. hacerlo, instantáneamente me di cuenta de que esto era inaceptable para esta persona. Incluso si esta persona no me dijo directamente que no podía haber continuación, estaba muy claro para mí. Esta persona por miedo tomó una decisión y elijo quedarme en mi soberanía donde ningún virus tiene un lugar donde aterrizar. Este virus acabará con muchas relaciones en curso y algunas que podrían haber sido y eso está bien para mí.
Sí. El virus está moviendo cosas de forma forzada que de otra manera tardaríamos «siglos» en mover. Pero la Elección colectiva de moverlas ya estaba tomada. Y como no se movían, pues entonces creamos un mecanismo para moverlas. ¡Es perfecto! Gracias, Jean-Pierre. Probablemente no vale la pena relacionarte con alguien que no te puede aceptar como eres. O sí, quién sabe… Si quieres, ya me contarás como te va con tu nuevo amigo 🙂