#18 – El juego del titiritero y su marioneta

Cuando te conviertes en Todo Lo Que Eres, cuando empiezas a tener Claridad sobre ello, las diferentes partes que juegan en este juego empiezan a establecer una relación que podría ser muy similar a una relación romántica entre dos personas.

Vamos, la típica relación que todo el mundo desea.

La típica relación que es natural y necesaria entre una mujer y un hombre, un hombre y una mujer, una mujer y una mujer o un hombre y un hombre.

El Ego Humano le pregunta a la Presencia Yo Soy: ¿me quieres? Y viceversa…

Se estabelce una relación, y como en toda relación, cada parte quiere ser reconocida por la otra.

Pongamos más nombres: Yo Expandido (Divinidad) y Yo Contraído (Humanidad).

En la Iluminación Encarnada ambos inician un baile entre si que se parece mucho a un romance humano.

Hay subidas y bajadas, momentos de alegría, momentos de miedo. «¿Me quiere? ¿No me quiere?». Todos los claros y oscuros que todo el mundo ha pasado en una relación de pareja.

Sin embargo, en la relación de tu Yo Contraído con tu Yo Expandido, tú eres las dos partes. No hay otra Alma implicada. Sólo la tuya.

Y tú eres las dos cosas.

Si te quedas atrapad@ en una de las dos partes…

¡Malo!

Por decirlo en un témino sencillo.

O sea, el Yo Contraído está aterrorizado de perder su Indentidad y el Yo Expandido está…, bueno, ese no tiene emociones, pero digamos que está… «a la expectativa» de lo que hace el Yo Contraído.

«¿Me recibirá hoy? ¿Me permitirá en su vida humana? Mmm… Yo quiero entrar y estar ahí en la Tierra experimentando y Cantando Mi Canción…».

Eso, decía «malo» cuando te quedas solo identificad@ con una de las dos partes.

¿Por qué?

Porque precisamente te pierdes la gracia del juego:

SER LAS DOS.

Yo Soy Humano Y Yo Soy Divino (otra vez el Y, ¿eh? Hablé de él aquí. Interesante, el Y. Fundamental, el Y).

Entonces…

Esto es como el juego del titiritero y su marioneta (pero sin dramas, solo de buen rollo).

¡Ha!, todos tenemos esa imagen del titiritero callejero que ha fabricado su propia marioneta, ¿cierto?

Ese titiritero está siempre en alguna avenida de alguna ciudad moviendo con gracia su marioneta y deleitando con su arte a pequeños y mayores.

Ese hombre, cuando acaba su función callejera, con cariño guarda su marioneta y vuelve a su casa, después de una jornada de Expresión.

El titiritero se expresa a través de su marioneta y la martioneta cobra vida a través del titiritero.

Es una historia de amor donde los dos son importantes.

Como en una relación romántica.

Ambas partes son igual de importantes y al final del día una no tiene razón de ser sin la otra.

Este es el juego de la Dualidad: el juego del titiritero y su marioneta.

Y en la Iluminación Encarnada este juego pasa a otro nivel, el nivel de que YO SOY LAS DOS COSAS A LA VEZ.

Una, sí.

Otra, sí.

Las dos a la vez, sí.

Una sin la otra, no.

YA NO.

Y para rematar, llega un momento en que se asoma el potencial de que las dos son una (no dos simultáneamente sino solo una), pero bueno, eso ya es muy avanzado y, por lo que a mí concierne, ya hablaré de ello cuando llegue, como llegue y si es que llega.

Sería algo así como que el titiritero nunca vuelve a casa y nunca guarda su marioneta. Vive siendo la marioneta todo el tiempo y se convierte en ella. ¿O es la marioneta la que se convierte en el titiritero?… Convertirte en Todo Lo Que Eres vendría siendo esto.

Y mucho más.

¿Como lo llevas, tú, con tu titiritero y tu marioneta? Si lo deseas, déjame tus impresiones abajo en la sección de comentarios.

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2 comentarios en «#18 – El juego del titiritero y su marioneta»

  1. ¡Qué bueno, gillonauta! Yo, Titiritera y marioneta, en la calle de un pueblo donde no pasea ni cristo, pero casi siempre hay música, y lo bailamos todo, incluso el reguetón…😝
    Me gusta mucho tu post. Es que cuando escucho música y la letra es romántica, siempre me lleva a esa relación de amor de la que hablas aquí… Mi yo expandido cantándole a mi humano, o viceversa… Y me lo paso genial en esta relación… Jajaja. Gracias por recordármelo, llevaba unos días en el olvido.
    Hoy voy a bailar y bailarme. Besos

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