¿No te ha pasado nunca que andabas por el mundo buscando algo, esperando algo, pensando y deseando que ocurriera algo, y al dar la vuelta a la esquina te encontraste con algo totalmente diferente, algo que no esperabas?
¿Y aquello que era evidente que querías se escurre entre las grietas de «quién sabe dónde» y aparece ante ti lo inesperado?
Sí, algo que es «auténtico», que tiene una cualidad diferente. Algo con Esencia.
Y, sin quererlo, has pasado de la Evidencia a la Esencia.
Y no entiendes por qué.
La Esencia está y no lo sabemos. Solo buscamos la Evidencia.
El «oh, era evidente que esto iba a pasar» versus el «esto sí que no me lo esperaba. ¿De dónde sale?»…
LA VIDA NACE DE LA ESENCIA, NO DE LA EVIDENCIA. ¡Toma frase para una camiseta! Firmado Guillonauta.
¿Y por qué solo buscamos la Evidencia y vivimos de espalda a la Esencia?
Pues fácil, porque funcionamos desde la Mente.
La Mente percibe la Realidad que es evidente. Lo que es lógico y lo que sigue un patrón concreto y conocido.
La Esencia de las cosas es elusiva, es escurridiza. Se nos escapa de las manos.
Pasa desapercibida la mayor parte de las veces.
Pero está allí. Siempre.
Detrás de la Evidencia.
Hay personas que están en este mundo para vivir lo evidente y hacer de eso lo esencial es su Vida. Y está perfecto. Es lo que es.
Y ojo, no confundamos «lo esencial» con la Esencia. Lo esencial sería «lo importante» de la Evidencia.
Ah, pero la Esencia es otra cosa. “Lo esencial” no es la Esencia.
La Esencia es algo que está oculto, como digo, pero que un día te encuentras al girar la esquina.
Es inevitable.
La Esencia de otra persona. La Esencia de una situación cualquiera. La Esencia de un helado que te estás comiendo, de una nube en el cielo o de un monopatín bajo los pies de un niño. La Esencia de qué se yo…
La Esencia siempre está allí.
Y yo hoy te pido que sientas la Esencia que hay detrás de todas las cosas. Detrás de este escrito y detrás del ordenador o el teléfono móvil donde lo estás leyendo.
Respira y ábrete…
Y una cosa de la que me he dado cuenta es que la Esencia está detrás de lo extravagante.
De aquello que es diferente y extraño y que no encaja.
Aquello que produce rechazo en un primer momento.
Es así como se presenta.
La Esencia.
¿Sabes? Es esa Sensación que a veces tienes y que es muy sutil. Algo te dice: «Aquí hay gato encerrado». Una ligera Sensación de incomodidad y de incerteza. Sí. Cuando tienes ante tus ojos algo evidente pero que, esencialmente, es MUCHO MÁS que evidente.
¿Me entiendes lo que te quiero decir?…
Yo, cada día más, busco la Esencia. La recibo cuando, escurridiza y no evidente, se presenta ante mí. En cualquier cosa.
Y me guío en mi vida por ella, cada vez más.
Dejo que se muestre, me penetre y la hago mía.
Y sé que se puede ir por la Vida dejando atrás la Evidencia y dejándote sorprender por la Esencia.
No la espero, pero sí la espero…
Y está allí siempre. Solo hay que dar un paso Más Allá y la ves.
La Evidencia, y «lo esencial» que hay en ella, me aburren.
La Esencia me da Nueva Vida.
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